22 jun 2018

Adicción a los videojuegos: ¿enfermedad mental?


El pasado 18 de junio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó su nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11, ICD-11 en inglés).

La CIE, instrumento fundamental para identificar tendencias y estadísticas de salud en todo el mundo, contiene alrededor de 55.000 códigos únicos para traumatismos, enfermedades y causas de muerte. Este sistema de códigos proporciona un lenguaje común que permite a los profesionales de la salud compartir información sanitaria en todo el mundo.

Esta nueva versión, en la que se ha trabajado durante más de 10 años, se presentará en la Asamblea Mundial de la Salud de mayo de 2019 para su adopción por los Estados miembros, y entrará en vigor el 1 de enero de 2022.

A principios de 2017 se dio a conocer que la OMS valoraba incluir el trastorno por videojuegos como enfermedad mental. A pesar de las críticas recibidas por algunos expertos, en la próxima edición de la CIE-11 finalmente sí aparecerá el "Gaming disorder", que se refiere al uso de juegos digitales o videojuegos, ya sea mediante conexión a Internet o sin ella.

Esta categoría diagnóstica está dentro de los "trastornos debidos a comportamientos adictivos" y se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego "continuo o recurrente" vinculado a tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales:
  • la falta de control de la conducta de juego en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega
  • el aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias
  • el mantenimiento o escalada de la conducta a pesar de tener conciencia de las consecuencias negativas.
"Incluimos el desorden de jugar de forma adictiva tras analizar las pocas evidencias que tenemos y tras escuchar a un Comité Científico que sugirió incluirlo como una enfermedad que puede y debe ser tratada", explicó el director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena.

Ante esta decisión se han alzado algunas voces en contra: por ejemplo el artículo firmado por profesionales de todo el mundo Scholars’ open debate paper on the World Health Organization, ICD-11 Gaming Disorder proposal, en el que exponen que es prematuro hablar de un diagnóstico formal y que esta medida puede tener algunas consecuencias nocivas a nivel médico, científico, social, de salud pública y de los derechos humanos. También hay quienes opinan que esta adicción puede esconder otro problema, como por ejemplo un trastorno de ansiedad o depresivo.

El Ministerio de Sanidad ha incluido las adicciones a las nuevas tecnologías en la primera Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024. En este documento se destaca que adolescentes y jóvenes son el principal grupo de riesgo y que no debe confundirse el uso inadecuado con una adicción.

Por su parte, las organizaciones más importantes que representan a las compañías de videojuegos han emitido un comunicado en el que piden al Organismo que reconsidere su decisión, alegando que "los videojuegos de todo tipo de géneros, dispositivos y plataformas se disfrutan con seguridad y sensatez por más de 2.000 millones de personas en todo el mundo, con el valor educativo, terapéutico y recreativo de los juegos bien fundados y ampliamente reconocidos".

La polémica está sobre la mesa...

Entrevista radiofónica a Juan Ignacio Capafons, catedrático de Psicología de la Universidad de La Laguna. que ofrece su opinión sobre esta cuestión.


Foto: Pixabay

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