1 jul 2013

Ludopatía, la necesidad del dinero fácil en tiempos de crisis

"Las situaciones en las que la economía es escasa, como ocurre actualmente, hacen que proliferen mecanismos de compensación. Las personas tenemos una gran capacidad de adaptación, gracias a la cual hemos conseguido sobrevivir durante miles de años. Esta adaptación no sólo se produce a nivel orgánico o físico, sino que también es precisa desde el punto de vista sociológico, antropológico y, por puesto, psicológico.

En épocas de desesperanza surge en el ser humano la necesidad de aferrarse a algo, de hacer cosas que devuelvan el equilibrio y el bienestar. Esto agudiza el ingenio y se producen grandes avances, pero, lamentablemente, también es un perfecto caldo de cultivo para que la manipulación, el egoísmo, el abuso y otras “lindezas” se practiquen impunemente. Es en tiempos de crisis, como la que nos toca transitar, cuando aparecen tendencias, conductas y valores que, de no haberse producido el deterioro económico, no habrían tenido ese auge.
Basta con echar un simple vistazo a la publicidad para darse cuenta de que una de estas nuevas tendencias es el incremento del juego. Si antes el bingo era una actividad reservada, casi en exclusiva a personas de cierta edad, solas o a ludópatas, ahora se ha convertido en, casi, actividad laboral o pseudolaboral. La desesperación y la posibilidad de ganar un dinero fácil hacen que el juego esté cobrando protagonismo especial en nuestra sociedad. Enseguida las mentes más avispadas y menos éticas han sabido ver el filón que se abría y manipulan y gestionan perfectamente esta necesidad humana. Ofrecen dinero “gratis” con tal de que se inicie la actividad. La ganancia vendrá después, cuando la adicción comience a implantarse.
El riesgo de esta práctica está en dos trastornos psicológicos muy importantes: la ludopatía (adicción al juego) y el trastorno obsesivo-compulsivo. La persona que sufre de lo primero irá viendo cómo su necesidad de jugar va provocando la anulación de su voluntad para controlarse".

Artículo  completo en el periódico El Día de la psicóloga clínica y forense Carmen García Olid.

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