1 jul 2013

Daño cerebral adquirido: Percepción familiar de las secuelas y su malestar psicológico


Una de las principales causas de discapacidad permanente es el daño cerebral adquirido (DCA). Además de las consecuencias para la persona afectada, el DCA produce un fuerte impacto en el familiar (depresión, ansiedad, duelo por la pérdida ambigua acaecida, etc.). De hecho, muchas familias soportan un nivel de estrés incluso mayor que el que sufren las personas con DCA. Tradicionalmente, del complejo de secuelas, las más destructivas son los cambios conductuales y cognitivos de la persona afectada. Además, el familiar se convierte de un día para otro en cuidador/a. Cuidar es una de las actividades generadoras de estrés más características, especialmente cuando la naturaleza de cronicidad de las secuelas conlleva la cronicidad de dicho cuidado.
Sin embargo, “la familia es covíctima y parte del problema pero también es parte de la solución” (Fernández Guinea y Muñoz Céspedes, 1997, p.2).
La familia juega un papel muy importante en la recuperación y cuidado al proporcionar más horas de contacto con la persona afectada o ser la única base de apoyo. En los hogares españoles, un 83% de las personas con DCA viven con sus familiares. Por ello, uno de los objetivos de los gestores de salud e investigadores ha de ser mejorar la calidad de vida de estas familias para que puedan seguir colaborando en la rehabilitación y cuidando con el menor coste para su salud.
Los objetivos de este estudio fueron (1) evaluar las secuelas de las personas con DCA mediante un inventario desarrollado con este fin, incluyendo la indicación de en qué medida la secuela es percibida como estresante por el familiar y (2) estudiar su asociación con síntomas de malestar psicológico de los familiares-cuidadores. 

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