Un estudio realizado en Alemania con ratones ha demostrado que el
cerebro va cambiando en función de las experiencias vividas. En
concreto, enfrentarse a diversas situaciones provoca que surjan nuevas
neuronas en el cerebro adulto, en una región llamada hipocampo,
vinculada al aprendizaje y a la memoria.
La investigación -trasladable a humanos- explica cómo el cerebro
participa en la individualización, es decir, en el desarrollo de las
diferencias que nos hacen únicos.
En general, se sabe que el
cerebro adulto continúa creciendo a medida nos enfrentamos a nuevos
desafíos. Los cambios que sufre este órgano, en consecuencia, estarían
relacionados con el desarrollo de la personalidad y de la conducta
humana a lo largo del tiempo.
Pero ¿cuál es la relación exacta
entre la experiencia individual y la estructura del cerebro? ¿Por qué
los gemelos idénticos no se asemejan perfectamente, incluso habiendo
crecido juntos? Para arrojar luz sobre estas cuestiones, científicos del
Centro de Terapias Regenerativas de Dresde (CRTD), en Alemania, en colaboración con investigadores del Centro Alemán de Enfermedades Neurodegenerativas (DZNE) y del Instituto Max Planck para el Desarrollo Humano
de Berlín, observaron a cuarenta ratones genéticamente idénticos, que
fueron mantenidos en un entorno en el que se les proporcionó una gran
variedad de actividades y opciones explorativas.
"Los animales
no sólo eran genéticamente idénticos, sino que también vivían en el
mismo ambiente", explica el autor principal del estudio, Gerd
Kempermann, profesor de genómica del CRTD y presidente del DZNE, en un
comunicado del CRTD.
"Sin embargo, este entorno era tan variado,
que cada ratón desarrolló en él sus propias experiencias individuales.
Con el tiempo, los animales, por tanto, se distinguieron cada vez más en
cuanto a ámbito de experiencia y comportamiento se refiere", continúa
Kempermann.
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