La investigación ha demostrado de manera contundente que los halagos y palabras de gratitud y reconocimiento generan emociones muy positivas y un enorme bienestar. Y no solo eso, también mejoran la motivación, potencian las capacidades, el aprendizaje, razonamiento y la autoestima. Además, estudios de empresa demostraron que mejoran la productividad, la resistencia al cansancio, la creatividad y el trabajo en equipo. Está claro. Hoy no es posible concebir el desarrollo de la persona al margen de las emociones, ni tampoco de las palabras, aunque muchos piensen lo contrario.
Sin embargo, a pesar de las evidencias, la proporción de felicitaciones y reconocimientos sigue siendo insignificante en comparación con las veces que detectamos fallos. Eso se nos da fenomenal; pero halagar nos cuesta mucho más. Los especialistas coinciden. Queda mucho por hacer; seguimos sin ser conscientes de la importancia de hacer halagos o expresar gratitud.
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